Alimentando mi alma de palabras ajenas,
Encontré un «te requiero» que me llegó al alma.
A veces quisiera ser el blanco de tales intenciones
En versos o prosa definida,
No soy exquisita en tales menesteres.
No recuerdo ninguna carta de amor
En la que fuera yo la protagonista.
Y quisiera tanto que me quisieran,
Que me dedicaran las estrellas...
Pero aguardaré tranquila que todo llega.
1 comentario:
Seguro que si querida amiga, el requerer y otros menesteres se toman su tiempo pero llegan...
un abrazo fuerte querida Ariola.
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