Me hieren las palabras,
aquellas que esperé en su día
y jamás pronunciaste.
Me duele oírlas ahora
cuando ya mi corazón no late,
cuando solo hieren.
Me saben insidiosas
sin ser esa su intención.
Me amargan el dulce sabor
de la triste despedida.
Supuse solo un tiempo,
pero no alcanzo a ver su fin.
1 comentario:
Son palabras sinceras, y la sinceridad nunca debería ser el problema, sino la solución.
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