―Diré una cosa, solo una vez, lo he
oído demasiadas veces y decirlo a la ligera hace que pierda su
significado. No es algo sencillo, nunca es fácil.
―Dime.
―Me gustaría, pero me da miedo y, a
la vez, lo evita, es una locura. No puedo ocultarlo ni fingir lo
contrario. El camino es largo, ¿lo has visto? Habrá dificultades,
siempre las hay.
―Dime...
―Dudo y no dudo. Ojalá hubiera un
mapa que indicara la ruta, que explicara cómo superar los obstáculos.
Esto es peor que escribir una novela.
―Niña, dime que me quieres.
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