Sobre la mesa encontró una nota que
ella dejó antes de marcharse:
«Encontrar la palabra adecuada, una
canción, una imagen... con la única intención de hacerte sonreír;
es tan fácil estar cerca de ti. Casi puedo oír el eco de tus pasos
acercándote, sentir tus brazos rodeándome para robarme un beso...
Te lo daré si me lo pides».
Solamente habían compartido el café,
previamente toda su vida por escrito, después algún cariño furtivo
y una despedida inevitable. Ambos reanudaron su vida esperando
la señal para volver a encontrarse, hasta entonces los atardeceres
pintarían a placer el final de sus días.
2 comentarios:
Quizá donde dice «hasta entonces» debía poner «desde entonces», supongo que el tiempo decidirá la proposición adecuada...
Precioso, toda una declaración de intenciones.
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