miércoles, 1 de abril de 1998

No sabes lo que eso me duele

Persigues mis pasos desde que nací. Esperas mis derrotas con impaciencia. Esperas a que caiga para pisarme, te ríes, disfrutas y no sabes lo que eso me duele.
Nunca me preguntas lo que pienso, lo que quiero. Te limitas a observar de lejos cómo me equivoco para pisarme, te ríes, disfrutas y no sabes lo que eso me duele.
Mientes, nos utilizas para justificar tu derrota. Engañas a los que te quieren, sufres de mentira... Nos conviertes en tus víctimas, nos arrastras a tu fango, nos humillas y te ríes, disfrutas y no sabes lo que eso me duele.
No me hablas, no me miras, no me consideras como parte tuya, me pisas, te ríes, disfrutas y no sabes lo que eso me duele.
Ordenas, mandas, eres dueño y señor de todo lo que hay, hacemos, decimos... Nos pisas, te ríes, disfrutas y no sabes lo que eso me duele.
Me duele. Me duele pensar que realmente eres así: duro, frío, sin sentimientos... Tú, que un día debiste querer, sentir, y ahora te transformas en ese inmenso nada que pisa, disfruta y se ríe de nuestra pena.
No creo que nunca pueda quererte, pueda considerarte en mi historia.
Has transformado mi vida en este pequeño infierno que es mi corazón y que me quema, no sabes ni cómo ni cuánto.
No creo que nunca vuelva a mirarte a los ojos creyendo ver algo en ti, solo veo cómo pisas, disfrutas y ríes...
No sabes lo que eso me duele...