miércoles, 23 de agosto de 2006

Mi destino

Silencio.

Desde hace un tiempo, sin quererlo, voy sumiéndome en el silencio. Pierdo el hilo de las voces en cuanto hay más de dos en la misma conversación, oigo sonidos raros que no provienen de ningún sitio, todos los ruidos se hacen enormes y, de pronto, me veo sola y pequeña, como perdida sin remedio a un destino incierto.

Quisiera sumirme de una vez por todas en esa negrura, no me gusta esta transición que me convierte en un bicho raro. No quiero ser esa pobrecita niña a la que mirar a los ojos y evitar recordar su pena, no quiero que me hablen más despacio ni que vocalicen mejor; detesto tener que preguntar una otra vez por las mismas palabras...

Odio mi silencio, odio mi destino.

lunes, 7 de agosto de 2006

Gris


Gris llegó muy niña a mi hogar, casi por accidente, acogida por unos días se convirtió en la reina de mi casa.
Gris, juguetona a los tres meses, pasó a ser parte de nuestra familia convirtiéndonos en trío cuando un salvaje decidió arrebatarle la vida a su mamita.
Gris, señorita camino de dama, ahora descansa sobre el suelo cerca de su cama.
Mírala a los ojos, ¿serías capaz de saber lo que piensa?

Domando mis miedos

Ya son dos días con sus dos noches en los que mi sombra ha vuelto a hacerme compañía.
Esta vez no quise decirlo en alto, ni siquiera pensarlo en silencio, he guardado este secreto esperando una renuncia suya, un pequeño despiste, para poder tomar las riendas de mis sentidos...
Y sin darnos cuenta, ella se ha convertido en un caballo galopante y yo en su jinete improvisado, intentando domar mis miedos.