lunes, 28 de mayo de 2007

Inspirando sonrisas

Ayer te vi aparecer por la esquina más cercana a nuestro punto de encuentro... y no sé porqué, por mucho tiempo que pase, nunca dejarás de inspirar estas sonrisas en mí, que despiertan lo primitivo de este amor tan vivo, la génesis de nuestra unión.
Déjame que te abrace con todas mis fuerzas, como si fuera no el último, sino el primero de todos los que nos quedan...

Yo


Me veo, con mirada felina y bigotes negros...
Me veo con mirada perdida e indecisa, sin saber el camino a tomar en mi próxima partida.
Miro al frente, pero no sé qué hay más allá de tu mirada; intento acercarme cada vez más a ti, pero lo único que logro es chocarme con el objetivo de tu mirada, ¿acaso no soy tuya? ¿por qué no me dejas entrar en tu corazón?
Sigue rodeándome una tremenda obscuridad, y aún así, sola y asustada ante el futuro, he encontrado la luz que irradias, he seguido la senda de tus reflejos y he conseguido acercarme lo justo para entrar de nuevo en calor.
Gracias, porque me has cedido tu pecho para abrigarme y espalda para acurrucarme y descansar. Si me dejas, seré tu fiel compañera... No, no es cierto eso que dicen de nosotros, podemos ser independientes, sí, ¿pero no lo somos todos en algún momento? Yo no quiero depender de ti, quiero ser tu amiga, tu amante, tu guía, tu almohada... lo que se tercie.
Grrrr, ¡qué dulce eres!, estoy tan a gusto contigo, déjame que me acerque un poco más, quiero que me oigas ronronear...

miércoles, 23 de mayo de 2007

Tras la tormenta... más tormenta

Y volvió la lluvia, que fría, lo envolvió todo con manto de pena, empapando de nuevo lo que creía bien sentado en mi corazón...
Me encuentro sola, andando sobre un camino sin rumbo ni destino. Indecisa de nuevo, buscando una seguridad fingida, una fuerza dormida que digan de mí lo que sería y no soy. Busco en mi interior y sólo encuentro silencio, lo único que me quedan son lágrimas por llorar.
Así que para mí, tras la tormenta sólo hay más tormenta...

Te vas...

Te vas y con tu marcha mi vida se sigue tornando en grises. Se va obscureciendo poco a poco sin remedio.
Con tu ausencia nacen silencios que no se rompen con nada, crecen mis miedos y la poca luz que aún queda en mi camino se vuelve negra llenando este vacío inmenso que me queda si te vas...

Me quedan aún palabras dulces de amistad, palabras que nunca te susurré al oído, que permanecerán atrapadas en el cajón de mis secretos, aguardando impacientes tu vuelta.

Si tú no vuelves, se entonarán tristes canciones de desamor, no quedarán más que inmensos infinitos de atardeceres de otoño, de lluvia y melancolía. El viento arrastrará el sonido de tu voz hasta perderse, y cerraré puertas y ventanas de este, mi pequeño corazón, para atrapar tu esencia.