—Quiero que te lo lleves de aquí, no lo aguanto, estoy harta de él... —se quejó mamá dirigiéndose a papá.
No entendí porqué, Bobby es un perro obediente y cariñoso.
—Estás exagerando —dijo él mirando hacia nosotros.
—Tú decides, él o yo.
Esa
misma tarde papá y yo fuimos a cazar al campo. Dimos un largo paseo.
Jugábamos al escondite cuando papá vio un conejo escondido en unas
matas, preparó la escopeta y dijo con una voz triste: «Es el momento».
Estoy desendo ver la cara de sorpresa de mamá cuando vea aparecer en casa a papá y a Bobby...
Un rincón para la palabra, el silencio, para todo aquello que nunca nos dijimos...
martes, 24 de febrero de 2015
Siete palabras
Publicado por
Arioleta
«Te odio, te odio, te odio... Adiós». Bastaron únicamente siete palabras como puñaladas certeras.
Al día siguiente encontraron el cuerpo del hombre sobre un charco de sangre y una pluma estilográfica clavada en el corazón.
Al día siguiente encontraron el cuerpo del hombre sobre un charco de sangre y una pluma estilográfica clavada en el corazón.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)