lunes, 31 de julio de 2006

La espera

Esperando la inspiración, la divina palabra que surge del silencio para darle sentido a todo lo que me quema dentro.
Llevo horas sentada frente a un espejo intentando encontrar esa luz que hace tiempo dejó de brillar; no sé la razón, simplemente se fue apagando como los días en otoño, y mi mirada quedó dormida, y mi corazón frío, y mis sentidos callados, y todo... Todo perdió el rumbo.
Levanto la mirada. Mi rostro que perdió color con los años, las primeras arrugas que asoman en mi pálida tez me recuerdan que ya queda poco, que el tiempo no perdona ni a los locos.
Debo encontrar ese escondite.

¡Gritar! ¡Necesito gritarle al viento que una vez fui torbellino!
¡Necesito gritarle a la lluvia que en ocasiones fui tormenta!
¡Necesito gritarle al destino que aún sigo viva...!

Por fin la larga espera llega a su fin.

jueves, 27 de julio de 2006

Últimamente

A veces me siento como una niña entre adultos, redescubriendo un mundo ya conocido, pero con nuevos matices que hacen de mi vida una nueva infancia, un nuevo camino a recorrer.
No importa lo lejos que quede el futuro, la distancia puede ser infinita; hoy juego con ventaja porque sé de que pie cojeo.
Me gusta esta sensación. Me siento como una esponja que todo lo absorve, con una necesidad vital de adquirir conocimientos, feliz por esta semiignorancia que en un plazo -siempre razonable- será un nuevo plato en mi mesa.

Ya no me preocupa ligar las palabras, no busco la rima fácil y tampoco dar explicación a cada una de mis metáforas. Hoy, ahora, me siento egoísta de mis pensamientos, son míos, escribo para mí por si algún día me pierdo en el infinito camino del (des)conocimiento...

martes, 18 de julio de 2006

Ana

Ana nació blanca y desde que llegó al mundo enmudeció a unos y a otros despertó sentimientos jamás sentidos...
Ana creció feliz con sus hermanos, entre juegos y alborozos. Descubrió los colores y empezó a imaginarse vestida de arcoiris.
Ana llegó a los quince radiante como la primavera en flor, enamorando a todo el que se atrevía a mirarla.
Ana, cuando más iluminaba, descubrió el amor junto al que ahora es su marido. Los primeros años, pintaba caminos infinitos que recorrerían algún día, soñaba con viajes a las nubes a su lado, todo era tan hermoso... Pero de pronto, sin saber bien porqué, un buen día, Ana empezó a tornarse en grises.
Ana dejó de pintar su vida de rosas y verdes, perdía luz a cada paso y su sonrisa se apagó para siempre.
Ahora camina sola, con la mirada perdida, sumida en el silencio y la oscuridad. Los únicos morados que viste los lleva marcados en su piel, intenta ocultarlos a través del brillo de sus ojos y la esperanza que aún guardan.

Trato de imaginarla en otra vida.
Quiero pensar que detrás de esa pequeña luz que aún guarda en su mirada quedan mariposas de colores que en sueños la llevan hasta esa felicidad tan esperada.
Me gustaría saber si después de todo lo vivido sería capaz de recuperar todos los colores.

lunes, 17 de julio de 2006

Un nuevo día

Inmóvil.
El silencio es todo lo que me queda.
Palabras.
Olvido que quiero y no puedo querer ni olvidar.
Soledad.
Sólo me acompañan los recuerdos.
¿Quién quiere continuar cuándo ya no se ve la luz al final del camino?
Por ahora, me quedaré aquí sentada, esperando el nuevo día.

lunes, 10 de julio de 2006

Verbos

Olvidar que te necesito sería liberar mi corazón.
Sentir el latido que lentamente se pierde.
Cerrar los ojos y saberme sola.
Mentirme para no admitir que no queda nada.
Hacer oídos sordos a mis pensamientos.
Tirar la toalla.
Admitir que todo terminó...

Seguir adelante.

Luna llena


Cuentan los más viejos del lugar de la Luna mil historias, hablan de su embrujo y su belleza, de la locura que embriaga a quien la observa...

Pero sé que guarda en su luz una pena callada, que busca insistente en las noches de llena a un amor que perdió un día, y por eso ilumina los caminos de aquellos que anhelan volver junto a sus seres queridos.

Alguien a quién amé me contó aquella historia y desde que se alejó de mi lado, sólo en las noches en que la luna brilla con todas sus fuerza, vago por las calles en busca de su luz.

Soy luna, luna llena.

Soy amor desvalido y sin sentido.

jueves, 6 de julio de 2006

Un sueño

Mientras oigo a María Callas con la fuerza suficiente para perder el sentido mientras me mezco en sus palabras, dejo volar la imaginación, cierro los ojos y al momento siento una bandada de gaviotas pasando veloz a mi lado.
Con su vuelo y la ayuda de un leve viento que se levantó en el mismo instante en que empezaron a fluir las notas, mi falda se levanta suave; sujeto el sombrero para que no se vuele.
Me veo caminando en una playa desierta, mirando el infinito como si quisiera escapar de algo. Quizás de la vida, quizás de la muerte.
Y a cada paso, el ocaso se torna en mis colores, y la marea trae un susurro lejano, casi invita a mecerse con las olas hasta el final del día.
Y pienso en ti, pienso en tus manos, en tu boca, y de pronto, sin saber muy bien cómo, abro los ojos y estás a mi lado, me besas...
Es un sueño tan hermoso, una música tan cálida como todo nuestro amor...