lunes, 18 de diciembre de 2006

Perfeccionando mi vuelo


Comenzó noviembre con una nueva oleada de extrañas aves en el cielo.
Los más ancianos del lugar comentaban en sus partidas y sus charlas lo raro de esta visita. Nadie conocía el origen de aquellos animales ni la razón por la que habían venido hasta nuestro pueblecito perdido en mitad de la Mancha. Hay quién aventuró que serían aves en migración, que quizá el cambio climático había hecho que cambiaran su rumbo hacia tierras más cálidas, aunque debo reconocer que no recuerdo un invierno más frío desde hacía mucho tiempo.

Llegó diciembre. Allí seguían. Entre vuelos, desde el cielo, nos observan a todos. Si tenías suerte y pasaban volando bajo casi daba la sensación de oírlas hablar, como si comentaran todo lo que desde lo alto veían. Algunos, -locos- según otros, juraban que las habían visto tomar nota. ¡Qué locura! Quizá eran seres de otro planeta, venidos desde muy lejos para tomarnos como rehenes y convertirnos en sus esclavos... -demasiado cine fantástico-.

Acabó el año y entre las fiestas de Carnaval y la Navidad, las aves se hicieron casi amigas del pueblo, porque pasaron a ser como un adorno más en el cielo. Y cuando cayeron las únicas nieves que han visto mis ojos, aquella aves levantaron el vuelo para no volver jamás.

Así entró el Año Nuevo, con un silencio generalizado y una extraña pena en las miradas de la gente. Nadie hablaba, nadie comentó.
Un día, justo el de Reyes, oí a un niño decir: "Mamá, ¿crees que los pájaros los trajo Papá Noël y que se los llevaron los Reyes? Nunca les dejamos nada y ellos nos dejan de todo... Igual es que les gustaron...". Creo que la madre ni lo oyó, estaba demasiado pendiente observando los escaparates, quizá pensando en las rebajas...

Creo que aquellas aves que vinieron sinuosas, que aprendieron de nosotros, se fueron cuando sabían todo lo que necesitaban, ni más ni menos. Supongo que continuarán su camino buscando nuevas fuentes de conocimiento que enriquezcan su vuelo. A veces me veo como ellas, buscando nuevas cosas que aprender e, incluso, aprendiendo de lo que encuentro a mi paso sin esperarlo. ¿Qué somos sino animales que perfeccionan su vuelo?

Bandadas al viento

Como bandadas, vinieron a anidar bajo este techo.
Los largos días a algunas vencieron
y optaron por tomar otro camino.
Otras, entre idas y venidas
con vuelos me decían
que vendidas a mi alma
jamás me dejarían.
Y es que esta casa mía,
que tanto les ha dado
les permite volar tranquilas,
y volver cada año a anidar a mi tejado.

miércoles, 13 de diciembre de 2006

Te miran



Volver del pasado desenterrando fantasmas, levantando heridas que creímos dormidas.
Sintiendo miedo...
Las palabras, vacías, se agolpan en boca y atroces, atentan contra mi vida rompiendo sin piedad las miradas malditas que me convierten en esa inmensa nada que...
Que camina,
que respira,
que vigila,
que te mira...

Te odié y te amé...

Pasaron los años y la distancia... y nuestra relación -si existió-, o lo que quedó de nuestra amistad, se quedó atrás, sentada a un lado del camino, justo donde ambos tomamos direcciones distintas.
Supongo que la vida ese eso: tomar decisiones, caminos que en nuestro caso, irremediablemente, nos vuelven a unir en algún punto.
No importa el tiempo que nuestros destinos vuelvan a compartir los pasos, ni siquiera si te odié o te amé, ya no importa...
Ahora, tal y como soy en este momento de mi vida, de lo que tengo, de lo que siento por quien ahora es mi guía y mi compañero. Ahora, que soy consciente de todo lo que me rodea, que dejé atrás los impulsos de la juventud, ahora... Sé todo lo que te quise y lo mucho que te odié y, a veces, me doy cuenta de que te sigo odiando, y al odiarte... sé que lo hago porque mi cobardía me impide odiarme a mí misma por no haber sabido quererte...

Sentimiento encontrados.
Quizás algo de desconcierto...
Mariposas que vuelven a revolverse en mi interior. Pero esta vez sé que no es por ti. Justo cuando nos despedimos, incluso, estoy segura que fue desde el primer momento en el que se encontraron nuestras miradas en la calle... Sé que te odié y te ame, que he dejado de odiarte y de amarte, hace ya tiempo de eso. Y ahora amo y amo y amo... y amo sin remedio alguno a quien ocupa mi corazón.

Necesitaba decirte adiós, dejar atrás el pasado. Al fin me he dado cuenta de que sigues ahí, quizá un poco alejado, pero justo a la distancia de la amistad.
Gracias.

martes, 5 de diciembre de 2006

Al otro lado de mí

Hoy me miré en el espejo del pasillo, me paré frente a él para buscar mis llaves que andaban por la mesita.
Aún no sé bien porqué, qué fue lo que me impulsó a quedarme frente a él, inmóvil; pero, juraría que había en él una mirada que, incansable, buscaba la mía. Pensé que encontrándola le daría la libertad tan ansiada, que rompería las cadenas que la ataban a ese marco viejo y ajado que aún decoraba el piso de mis padres después de tantos años.
¡Cuán equivocada estaba! Era yo la única que ahí se reflejaba. De pronto me vi atrapada, más vieja que hacía unos pocos instantes. Mi mirada era la que se perdía en el vacío obscuro del final del pasillo. Mi figura, casi desdibujada, se agarraba al extremo de la mesa. Insegura, se aceleró mi respiración, miré fuerte hacia el fondo y encontré... que no encontré nada.
Al otro lado de mí..., al otro lado, no había nada.

lunes, 4 de diciembre de 2006

Mil besos

La última vez que nos vimos me quedaron mil besos por darte, los llevo en el bolsillo izquierdo, al ladito de mi corazón, por si volvemos a vernos, ya sabes...
Siempre que nos despedimos me pasa lo mismo, ¿a ti no? Me da la sensación de haber malgastado cada segundo que no pasé a tu lado, sabiéndote en la habitación contigua, en la cocina o en el baño.
He pensado para nuestros próximos momentos juntos besarte a cada instante: mientras caminas, mientras miras la hora en tu reloj, durante los anuncios, incluso en los trailers del cine... en todo momento.

Besarte los ojos, las mejillas, las orejas si es necesario, los labios... esos labios carnosos que tanto me gustan.
Besarte con mis manos, con mis ojos, con mi boca.
¿Cuántos llevo? Perdí la cuenta. Pienso dártelos todos cuando te vea; no quedes con nadie.


El beso. Gustav Klimt

La misma calle

Miraré cada día por la ventana a la misma calle por la que te vi marchar...

miércoles, 15 de noviembre de 2006

TT



Quiero volver a retomar mi vida donde dejó de ser mía.
Quiero dirigir mis pasos hacia donde yo decida.
Quiero saborear las palabras a cada instante
y decir lo que mi boca me pida.

Quiero recuperar el aire que me robaron tus besos,
volver a respirar con toda libertad.
Quiero que tus manos me suelten
para acariciarte a mi antojo.

Quiero pronunciar mi nombre,
escuchar mi voz y reconocerme.
Volver a ser la persona que fui,
que te vuelvas a enamorar.

Quiero
sencillas palabras,
miradas sinceras,
tu mirada,
tus besos...

La palabra
"te quiero".

Noviembre

Noviembre se empeña en regalarnos hermosos días de luz y un calor extraño que acompaña hasta que se esconde el sol, pero en mi corazón hace tiempo ya que se instaló el frío invierno.
Quien me conoce sabe de este sentimiento mío, tema tan socorrido en mis pensamientos por escrito... La soledad, el silencio, la palabra.
Quisiera descubriros que hay, en lugar escondido, una llama caliente que enciende vuestra voz, que brilla con toda la intensidad que la tormenta le permite y está, como un faro a lo lejos, descubriendo el camino, la escapatoria a esta tristeza que se ha hecho amiga.
Por fin me decidí a intentar alcanzar mi libertad; hoy emprendo el camino y a todos os llevo por compañeros.

jueves, 9 de noviembre de 2006

María

María despertó con la inquietud de haber perdido algo durante la noche, no entendía muy bien esa sensación que le hacía sentir confusa y perdida en los escasos cinco metros cuadrados de su cuarto. Cuando se levantó, -no se sabe si por la rapidez del impulso o el atontamiento de acabar de despertar-, se sintió mareada, todo se movía a su alrededor. Trató de aferrarse a algo, se acercó a la estantería y se apoyó sobre los libros, pero finalmente le falló el equilibrio y fue a dar de cara al suelo...

Cuando María despertó, estaba completamente fría. En pijama aún, en el suelo, sobre un pequeño charco de sangre formado a consecuencia del golpe, María respiraba agitada y nerviosa, no sabía... no recordaba cómo había ido a parar allí.

Tan sola

Días nuevos, sonrisas de ayer...
La antigua rutina ha vuelto a mi presente: las mismas caras, -quizá más viejas-, los mismo ruidos, las mismas voces; poco a cambiado mi casa después de los años.

Quizá es porque ahora me toca vivir tiempos aciagos... Me veo cada día más opaca, pierdo la luz que antaño daba calor a otros, me quedo sin miradas dulces que dedicar a los que quiero y, en silencio, me voy quedando en ruinas como una casa abandonada.

¡Qué sensación tan extraña! Sentirme tan sola con tanta gente alrededor.

martes, 7 de noviembre de 2006

Tus besos

Desde que no te tengo todo se ha vuelto más triste, más gris, más opaco...
Las palabras, pocas y desganadas, apenas recuerdan el sabor de mi boca; sin quererlo el silencio ha pasado a formar parte de mi vida. Antes era compañero, ahora es cómplice y hermano.
¡Qué poco queda de mi vida con mi ausencia! No sé de la tuya y temo, irremediablemente, temo...
Quisiera que el tiempo pasara más deprisa. Hoy conté todas las gotas de lluvia que mojaron mis pasos... cuánta desidia.

Me he prometido a mí misma llenar todos los bolsillos con tus besos, así, cuando me sienta sóla, los sacaré uno a uno y uno como el que ojea un album de fotos, refrescaré con el recuerdo y esta lluvia bendita nuestro amor que es eterno.

Realidad

No creí que aceptar la realidad fuera tan duro.
Supuse..., suposiciones no son realidades.
Hasta que no me ví alejándome de tu lado, no me dí cuenta de que todo esto era real, de que la distancia, por mucho que digan (que diga...) existe, nos separa, nos hiere.
Te echo tanto de menos que a veces me falta el aire al respirar y en mitad de mi camino me detengo, miro al cielo y pienso que es el mismo bajo el que tú te mueves. Quisiera enviarte un mensaje al viento que susurrara en tu oído lo mucho que te quiero...

miércoles, 1 de noviembre de 2006

La marca del silencio

Algunas persona tienen luz propia, brillan con la intensidad del sol compartiendo su fuerza y su calor.
Otros, no tan afortunados, hemos sido tocados con otra bendición. Yo no poseo más que una luz tenue, la que aporta la luna en las noches de invierno. Una luz cercana, pero fría.
Quisiera regalar sonrisas, pero nací con la marca del silencio.
Prefiero aportar palabras y decir todo lo que siento...

Cuando amanezca de nuevo...


Conozco la luz de tu mirada...

Saber que el destino nos separa antes de lo previsto, que la vida es algo más que lo planeado y que todo, aunque ahora nos resulte absurdo, todo tiene un significado.
Saber que no habrá distancias, ni tiempo, ni otros que minen nuestro amor, porque nada podrá contra nosotros, nada.
Saber que a partir de ahora cada instante valdrá tanto como el infinito, que cada palabra tuya será un clásico, que cada beso, cada abrazo..., serán como revivirlo todo desde el principio, todo lo hermoso y lo bello que nos une.
Saber de ti, de mí, de nosotros.
Saber que no sabemos nada

No saber qué ocurrirá mañana, cuando amanezca de nuevo.


Conozco la luz de tu mirada...

lunes, 30 de octubre de 2006

Muerta y enterrada

Subir, llegar a lo más alto antes de darte cuenta incluso de que asciendes. El presente se convierte rápidamente en pasado, en un solo instante. Y la cima es hermosa, las vistas, espectaculares, pero no hay sitio para todos...
Caer, caer despacio, sentir el dolor a cada segundo del infinito descenso. Ahora, volver al pasado, volver a no ser nada, vacío, silencio y obscuridad. Somos tantos, no conozco miradas, pero advierto su aliento...

Esperanza, muerta y enterrada.

viernes, 20 de octubre de 2006

Qué será...

La distancia es el olvido, el camino inverso nuestra perdición...
La palabra es el motivo, tu sonrisa el futuro.

¿Qué quedará de nosotros cuando tú no estés? ¿Qué será de mí?

viernes, 13 de octubre de 2006

Pasos sobre negro

Me puse a andar por un camino sin luz hasta que perdí el rumbo de mis pasos y el tiempo se hizo infinito. Cuando por fin alcé la mirada para saber dónde estaba me descubrí sola en medio de la nada. El silencio ocupaba todo el espacio. El camino de asfalto negro parecía llevar a ninguna parte, y allí en medio de la obscuridad estaba yo, sin saber cómo ni porqué. No me asusté, me concentré en mi tristeza y seguí caminando en medio en la espesa negrura.

Quizá debí volver.
Quizá debí permanecer allí, justo donde descubrí mi soledad.
Continuar sólo abrió más puertas a este destino incierto en que se ha convertido mi vida...

viernes, 6 de octubre de 2006

Mi mañana

Mirar al cielo y ver ese azul dulzón cuando nace el día. Seguir la carretera y no perder de vista ningún detalle, perseguir con la mirada las bandadas de pájaros que, a nuestra misma altura, nos siguen como si se tratara de delfines en lo ancho del océano.
Rodeada de extraños, la mayoría ancianos, me hace pensar en lo que nos quedará mañana... Hoy en la primera parada subió una pareja de ancianos, ella muy prudente, se colocó la primera y le dijo a su marido dónde sentarse. Hasta donde yo recuerdo, hasta mi estación, han estado sin perderse la mirada, como dos jóvenes recién enamorados. Ella le sonreía con una ternura difícil de definir y él, casi avergonzado, bajaba la mirada y jugaba con su manecitas, tan pequeñas. Parecía haberse parado el tiempo; además, con los cascos, oyendo de fondo una música suave, me daba la sensación de estar viviendo en un sueño ajeno, un sueño hermoso, de esos de amor verdadero y para toda la vida.
Las 10 en punto; vuelta a la realidad.
Cuando he llegado al trabajo, un compañero me ha llamado la atención:
-- ¿Y esa cara de boba que traes?
--
¿De boba? No, estoy ilusionada, es sonrisa de media punta, de las de la felicidad que aún está por llegar...
-- Niña, traduce que con tanta metáfora es difícil pillarte.
-- Es sólo que ya sé lo que quiero para mi mañana.

Poeta

Soñé que era canción y me volví poesía.
Soñé que era música y me convertí en verso.
Soñé que era tormenta y conseguí la rima.
Soñé que volverías y me quedé en tinta.
Soñé que te veía y surgieron palabras.
Soñé que me amabas y... descubrí que era poeta.

miércoles, 4 de octubre de 2006

Escribiendo aire

Suelo evadirme de la realidad aferrándome al silencio y a lo obscuro de mi cuarto.
Cierro la puerta de mis sentidos y dejo volar la imaginación.
Es siempre la misma idea, repitiéndose una y otra vez en mi cabeza... La vida que jamás tendré.
La ilusión de mis sueños se refleja en mis palabras, pero las palabras sólo son eso, tinta impresa en un papel que nunca irá más allá.
¿Por qué, para qué seguir soñando, si sólo son eso... palabras, ilusiones?
Llámenme ilusa, escritora de aire.

lunes, 2 de octubre de 2006

Mi tiempo

Quisiera cerrar los ojos para siempre y aferrarme a mis sueños, perderme en el infinito de mi subconsciente y no despertar jamás.
Encerrarme en el silencio, en la cadencia de mi respiración siguiendo el tic-tac del tiempo que me quede...
Vivir en la luz de mi interior.

jueves, 28 de septiembre de 2006

Mi humor

Ojalá me hubieras conocido a los ventitantos, fue mi mejor época.
Me liberé de unas cadenas que me habían mantenido atada a quien dejó de ser mío hacía mucho tiempo, a quien ya no despertaba en mí más que vacío. Fue un despertar de muchos años de silencio, de verme sola sentada en una silla al fondo de la habitación. Aparecieron sueños olvidados y sensaciones nuevas, y empecé a vivirlo todo con una intensidad desatada. Disfrutaba de cada instante sin importarme nada.
Sé que si me hubieras conocido entonces habríamos compartido el vicio del cigarro, - vicio que abandoné hace ya más de un año-; y, seguramente la copa, -también aparcada de mis fiestas-. Hubiéramos charlado toda la noche sin descanso, compartiendo los buenos y los malos momentos, contándonos todo tipo de anécdotas de la niñez... todo eso sin casi conocernos y sin perdernos la mirada.
Sé que a la mañana siguiente, compartiríamos el café en la cocina, nada más que eso, nada de sexo, -para eso necesito más confianza-. Nos haríamos promesas de futuros próximos o lejanos o, quizá inciertos. Te sonreiría como si fuera la última vez y te besaría en la mejilla como al amante que jamás vuelve.

Han pasado ya casi diez, ahora ando rozando los treinta y muchas cosas han cambiado.
Ahora soy más seria, más sentada; ahora sé lo que es la vida, el trabajo que cuesta mantener un techo, una casa semidigna en la vivir, y un estómago que llenar a diario. También he aprendido un par de lecciones sobre la gente, los amigos; a sobrellevar los cambios en la vida de aquellos a los que quieres, esas épocas en los que unos se van y otros nuevos llegan... a intentar encajar esos golpes que a veces hacen perder el equilibrio.
Sigo sonriendo y disfrutando de la vida, pero algo más cansada al final del día. Quizás no me inviten a muchas fiestas, es verdad, tengo que reconocer que mi humor, -cambiante, descarado, indiscreto, dolorosamente sincero...- , no es plato de gusto para todas las mesas. Pero quien me conoce me quiere como soy, en eso consiste la amistad, ¿no?

Cuando...

Cuando los silencios duelen.
Cuando las palabras se vuelven mentirosas y las miradas hirientes.
Cuando no queda nada que decir.
Cuando hasta el más pequeño espacio se convierte en infinita distancia.
Cuando los pasillos son laberintos.
Cuando las sonrisas se vuelven huecas.
Cuando tus roces se tornan veneno extendiéndose por mi piel...

No queda más que decir adiós.

miércoles, 13 de septiembre de 2006

Para describir tu persona no conozco las palabras suficientes, ni siquiera tengo bastante papel para dejarlo por escrito... Y no es que me falten letras ni folios ni tinta.

Tú eres, tienes, das, sientes, compartes...
Tu sinceridad, tu sencillez, tu humildad.
Tu fidelidad, tu amistad, tu compañía.
Tus miradas, tus caricias, tus abrazos, tus besos.

Estoy segura: soy la mujer más afortunada del mundo porque tengo a mi lado a la mejor persona que podría desear.

Lo eres todo para mí.

Sentido sinsentido

Quiero ser de hielo. Quiero que lo absurdo, lo estúpido, que lo hiriente, que todo lo malo... pase, me resbale, pula mi cuerpo para la próxima vez dejarlo caer más rápido.
Quiero ser fría. Que nada me traspase, que nada llegue a mi corazón, excepto aquello que yo elija.

Hoy es de esos días en los que alguien, porque sí (¿por qué no?), alguien decide gratuitamente hacerte daño, herir tus sentimientos, ofender con la palabra.
¿Da más licencia la edad, el conocimiento, la experiencia...? Mi conocimiento y mi educación me dicen que guarde silencio, que aguante el tipo. De pronto me siento como una roca, inmóvil; el viento arremete contra mí, y procuro no apartar la mirada del epicentro.

Amaina el tiempo. Vuelvo a ser yo. No soy roca ni hielo, soy persona que piensa, que siente. Quizás debí devolver la pelota con furia, pero opté por guardarla en el bolsillo por si alguna vez la necesito.

Quisiera saber cómo evitar que las palabras necias lleguen tan lejos, que sacudan mis sentidos y me estropeen la sonrisa para el resto del día.

lunes, 11 de septiembre de 2006

Soy

Soy.

Soy un poco de todo y un todo de nada.
Soy en parte felicidad y en parte tristeza.
Soy verdad, soy mentira.
Soy sueño y realidad.
Soy tuya.
Soy silencios, eternos silencios...
Soy la palabra escrita, y la que nunca pronunciaré.
Soy sentimientos.
Soy lágrimas.
Soy recuerdos.
Soy, simplemente.

Dónde

Me desperté llorando por el dolor que me producían tus palabras... Sabía que sólo era un sueño, pero tuve durante el día entero esa sensación presionando mi pecho, ese miedo al vacío en que se convertía mi vida con tu ausencia.

¿Dónde quedarán mis sueños? ¿Dónde la palabra y el silencio?

Olvidar, sentir, respirar la obscuridad que me rodea.

jueves, 7 de septiembre de 2006

El pasado

Olvidar que le tuve a mi lado sería engañar a mis recuerdos...
Hablar del pasado es despertar esos fantasmas que aún habitan en el fondo del último cajón del armario.
Sentir de nuevo los resquicios de un amor fallido que siempre me enseñó algo nuevo para el camino.
Pensar si tomé las decisiones correctas, qué hubiera sido de mí si hubiera escogido cualquier otra opción.
Ya no importa. Me gusta mi presente.

miércoles, 23 de agosto de 2006

Mi destino

Silencio.

Desde hace un tiempo, sin quererlo, voy sumiéndome en el silencio. Pierdo el hilo de las voces en cuanto hay más de dos en la misma conversación, oigo sonidos raros que no provienen de ningún sitio, todos los ruidos se hacen enormes y, de pronto, me veo sola y pequeña, como perdida sin remedio a un destino incierto.

Quisiera sumirme de una vez por todas en esa negrura, no me gusta esta transición que me convierte en un bicho raro. No quiero ser esa pobrecita niña a la que mirar a los ojos y evitar recordar su pena, no quiero que me hablen más despacio ni que vocalicen mejor; detesto tener que preguntar una otra vez por las mismas palabras...

Odio mi silencio, odio mi destino.

lunes, 7 de agosto de 2006

Gris


Gris llegó muy niña a mi hogar, casi por accidente, acogida por unos días se convirtió en la reina de mi casa.
Gris, juguetona a los tres meses, pasó a ser parte de nuestra familia convirtiéndonos en trío cuando un salvaje decidió arrebatarle la vida a su mamita.
Gris, señorita camino de dama, ahora descansa sobre el suelo cerca de su cama.
Mírala a los ojos, ¿serías capaz de saber lo que piensa?

Domando mis miedos

Ya son dos días con sus dos noches en los que mi sombra ha vuelto a hacerme compañía.
Esta vez no quise decirlo en alto, ni siquiera pensarlo en silencio, he guardado este secreto esperando una renuncia suya, un pequeño despiste, para poder tomar las riendas de mis sentidos...
Y sin darnos cuenta, ella se ha convertido en un caballo galopante y yo en su jinete improvisado, intentando domar mis miedos.

lunes, 31 de julio de 2006

La espera

Esperando la inspiración, la divina palabra que surge del silencio para darle sentido a todo lo que me quema dentro.
Llevo horas sentada frente a un espejo intentando encontrar esa luz que hace tiempo dejó de brillar; no sé la razón, simplemente se fue apagando como los días en otoño, y mi mirada quedó dormida, y mi corazón frío, y mis sentidos callados, y todo... Todo perdió el rumbo.
Levanto la mirada. Mi rostro que perdió color con los años, las primeras arrugas que asoman en mi pálida tez me recuerdan que ya queda poco, que el tiempo no perdona ni a los locos.
Debo encontrar ese escondite.

¡Gritar! ¡Necesito gritarle al viento que una vez fui torbellino!
¡Necesito gritarle a la lluvia que en ocasiones fui tormenta!
¡Necesito gritarle al destino que aún sigo viva...!

Por fin la larga espera llega a su fin.

jueves, 27 de julio de 2006

Últimamente

A veces me siento como una niña entre adultos, redescubriendo un mundo ya conocido, pero con nuevos matices que hacen de mi vida una nueva infancia, un nuevo camino a recorrer.
No importa lo lejos que quede el futuro, la distancia puede ser infinita; hoy juego con ventaja porque sé de que pie cojeo.
Me gusta esta sensación. Me siento como una esponja que todo lo absorve, con una necesidad vital de adquirir conocimientos, feliz por esta semiignorancia que en un plazo -siempre razonable- será un nuevo plato en mi mesa.

Ya no me preocupa ligar las palabras, no busco la rima fácil y tampoco dar explicación a cada una de mis metáforas. Hoy, ahora, me siento egoísta de mis pensamientos, son míos, escribo para mí por si algún día me pierdo en el infinito camino del (des)conocimiento...

martes, 18 de julio de 2006

Ana

Ana nació blanca y desde que llegó al mundo enmudeció a unos y a otros despertó sentimientos jamás sentidos...
Ana creció feliz con sus hermanos, entre juegos y alborozos. Descubrió los colores y empezó a imaginarse vestida de arcoiris.
Ana llegó a los quince radiante como la primavera en flor, enamorando a todo el que se atrevía a mirarla.
Ana, cuando más iluminaba, descubrió el amor junto al que ahora es su marido. Los primeros años, pintaba caminos infinitos que recorrerían algún día, soñaba con viajes a las nubes a su lado, todo era tan hermoso... Pero de pronto, sin saber bien porqué, un buen día, Ana empezó a tornarse en grises.
Ana dejó de pintar su vida de rosas y verdes, perdía luz a cada paso y su sonrisa se apagó para siempre.
Ahora camina sola, con la mirada perdida, sumida en el silencio y la oscuridad. Los únicos morados que viste los lleva marcados en su piel, intenta ocultarlos a través del brillo de sus ojos y la esperanza que aún guardan.

Trato de imaginarla en otra vida.
Quiero pensar que detrás de esa pequeña luz que aún guarda en su mirada quedan mariposas de colores que en sueños la llevan hasta esa felicidad tan esperada.
Me gustaría saber si después de todo lo vivido sería capaz de recuperar todos los colores.

lunes, 17 de julio de 2006

Un nuevo día

Inmóvil.
El silencio es todo lo que me queda.
Palabras.
Olvido que quiero y no puedo querer ni olvidar.
Soledad.
Sólo me acompañan los recuerdos.
¿Quién quiere continuar cuándo ya no se ve la luz al final del camino?
Por ahora, me quedaré aquí sentada, esperando el nuevo día.

lunes, 10 de julio de 2006

Verbos

Olvidar que te necesito sería liberar mi corazón.
Sentir el latido que lentamente se pierde.
Cerrar los ojos y saberme sola.
Mentirme para no admitir que no queda nada.
Hacer oídos sordos a mis pensamientos.
Tirar la toalla.
Admitir que todo terminó...

Seguir adelante.

Luna llena


Cuentan los más viejos del lugar de la Luna mil historias, hablan de su embrujo y su belleza, de la locura que embriaga a quien la observa...

Pero sé que guarda en su luz una pena callada, que busca insistente en las noches de llena a un amor que perdió un día, y por eso ilumina los caminos de aquellos que anhelan volver junto a sus seres queridos.

Alguien a quién amé me contó aquella historia y desde que se alejó de mi lado, sólo en las noches en que la luna brilla con todas sus fuerza, vago por las calles en busca de su luz.

Soy luna, luna llena.

Soy amor desvalido y sin sentido.

jueves, 6 de julio de 2006

Un sueño

Mientras oigo a María Callas con la fuerza suficiente para perder el sentido mientras me mezco en sus palabras, dejo volar la imaginación, cierro los ojos y al momento siento una bandada de gaviotas pasando veloz a mi lado.
Con su vuelo y la ayuda de un leve viento que se levantó en el mismo instante en que empezaron a fluir las notas, mi falda se levanta suave; sujeto el sombrero para que no se vuele.
Me veo caminando en una playa desierta, mirando el infinito como si quisiera escapar de algo. Quizás de la vida, quizás de la muerte.
Y a cada paso, el ocaso se torna en mis colores, y la marea trae un susurro lejano, casi invita a mecerse con las olas hasta el final del día.
Y pienso en ti, pienso en tus manos, en tu boca, y de pronto, sin saber muy bien cómo, abro los ojos y estás a mi lado, me besas...
Es un sueño tan hermoso, una música tan cálida como todo nuestro amor...

viernes, 30 de junio de 2006

Nana

Quiere jugar mi vida
con los rincones del viento
y el aire, juguetón,
revuelve su pelo.

Se entristece mi niña
porque perdió su cinta,
le digo con cariño
que así está más linda.

A mi niña, mi niña mía,
duerme ya mi vida,
duerme ya tranquila.

Se empeñó mi vida
en persiguir colores
y con tanto vuelo
perdió dos botones.

Se entristece mi vida
porque quiere un abrazo
y le digo entre mimos
que se eche en mi regazo.

A mi niña, mi niña mía,
duerme ya mi vida,
duerme ya tranquila.

Dedicado a A.O.

Inmóvil

Abrir los ojos. Verme desde fuera, inmóvil, en medio de la jauría. Gente que va y viene en todos los sentidos, que cruzan a mi lado sin rozarme, sin mirarme, nadie me ve...
El viento levanta ligeramente mi falda.
Sigo sin levantar la mirada, pero puedo verme de frente, veo todo lo que hay a mi alrededor.
¿Seré realmente invisible? Quizás pase por la vida sin que nadie se percate de mi presencia, a nadie parece importarle un cuerpo inerte en medio de la calzada.
Escribir una historia sin letras, desperdiciar los segundos, y respirar lento.
Desear parar el tiempo. Volver hacia atrás, mucho antes de nacer, dar una nueva oportunidad, no importa que no exista el día de mañana.
Quizás esto no es más que un sueño, pero se repite demasiadas veces para no pensar en ello.

Una mariposa, en su delicado vuelo, ha venido a posarse en mis manos. Justo en ese instante todo se ha detenido. Mis ojos se han fijado en ella y después de mucho tiempo he vuelto a sonreir.

lunes, 26 de junio de 2006

Dolor en mi alma

Tengo un dolor en mi alma de una pena que no es mía, pero elegí compartirlo en silencio para aliviar tu carga.
Dime mujer, ¿qué te pasa? ¿qué mal enturbia tu destino? No entiendo porqué ahora este giro sin preaviso, una llamada de socorro que dejaste caer despacio sin esperar -sin desear- que nadie la recogiera. Pero yo sí oí tu lamento, llorabas por dentro mientras nos sonreias al resto.
¿Sabes por qué supe que estaba ahí, en el fondo del corazón? Porque soy parte tuya, sangre de tu sangre, y conozco, padezco y siento como tú.
Odio este sentimiento, no entiendo porqué me causa esta pena tu dolor, debes sufrir tanto... No quiero que esto continúe, dime, ¿cómo lo remediamos? Porque estaré a tu lado, ¿sabes? para aliviar tu llanto, para poner el hombro y lo que haga falta, justo en el momento en el que decidas volver a sembrar de flores tu jardín.
Hay una llama a lo lejos que ilumina el camino, una salvación eterna para desdichas y olvidos.
Deja ya de sufrir mujer, que la vida tiene alivio...

sábado, 17 de junio de 2006

Silencio

El silencio llegó de pronto. Miraba por la ventanilla del tren como a lo lejos la tormenta se alejaba.
El silencio se sentó a mi lado. Tenía la mirada perdida y al notar su presencia, le miré a los ojos.
El silencio se quedó conmigo. Comencé a pensar en ella y en la distancia que nos separaba.
El silencio se hizo mi amigo. Y me eché a llorar sabiendo que te perdía...

Corazón en penumbra

Me gustaría saber cuánto amor cabe en mi corazón, cómo se administra el espacio en este órgano para dedicar el cariño a los que amamos, saber ese dato que me desconcierta porque por alguna razón que no alcanzo a entender mi corazón se está llenando de obscuridad, de un vacío infinito, de un gran espacio yermo que desconocía poseer.
Últimamente me persigue un miedo inconcreto, algo que no sé muy bien cómo definir. Se pasea difuso y con paso amable por mi alma; se ha instalado en algún rincón de esa penumbra y sé que si no lo encuentro pronto, si no le pongo nombre, acabará con mis reservas de cariño, con todo el amor que poseo y que aún me queda por dar.

Hace tiempo que empecé a dejar de respirar consciente. Mi cuerpo se resiste a abandonar y realiza las funciones quejándose de este desinterés infundado, de esta desidia.
Hace días que siento una punzada en el pecho, creo que algunos sentimientos intentan escapar al avance de mi nada.
Las palabras empiezan a perder sentido.
Las lágrimas comparten mi visión desesperada de la vida que me queda.
El sueño empieza a perderse, ya son dos semanas de insomnio, y el cansancio se apodera de mi cuerpo.

A veces deseo que venga la muerte a buscarme. No quiero despedidas, sólo olvido.

martes, 13 de junio de 2006

Desconsuelo

Dime, ¿dónde estás cuando te necesito?
No me consuelan tus silencios cuando necesito de tus palabras.
No me consuela tu ausencia cuando te necesito a mi lado.
No me consuelan tus miradas si no sabes dónde me encuentro.

Dime, ¿qué hago cuando me encuentre sola?
Qué hago con este vacío, con tu no presencia, con la nada...
A quién recurro, ¿a tu recuerdo?

viernes, 9 de junio de 2006

Palabras

Palabras...
Palabras de un te quiero, de un adiós, del reencuentro tan esperado.
Palabras que desprecian, que admiran, que desean, que odian.
Palabras que describen palabras.
Palabras que disfrazan sensaciones.
Las palabras son como las nubes del verano. Van y vienen, traen el frescor momentáneo de una lluvia inesperada y el pavor de la tormenta descargando sin piedad.
Las palabras son como la brisa, jugando con las hojas de los árboles, haciéndolas bailar a nuestro paso.

martes, 6 de junio de 2006

Decepción

¿Sabes esos días en los que piensas que no deberías haberte levantado? Hoy es uno de esos, aún quedan unas pocas horas y sigo con esta sensación, unas ganas enormes de llorar, pensando en que quizá mañana me sonría la suerte.
He hecho voto de silencio, no me apetece decir más nada. Supongo que lo peor es que no quiero escuchar mi voz, que prefiero el silencio y evitar miradas para que nadie pueda verme cuando por fin me decida a llorar.
Hoy es de esos días en los que pienso cómo sería tirar la toalla, abandonar y dejar de ser yo por un instante. Pienso en el vacío de mi persona, en mi ausencia, pero es algo tonto porque pierdo el tiempo tan precioso para mí.
Quisiera meter la cabeza bajo tierra.
Quisiera hundirme en la bañera llena hasta arriba de agua bien caliente.
Quisiera no ver ni oir más, no sentir.
Quisiera saber controlar mis emociones.
Quisiera no tener que querer todas estas cosas...

Al galope

Una vez más me he dejado llevar por la verdad, por la palabra, sin ser capaz de reducir mis sentimientos.
No he podido soportar tan alta mirada y fuerza desaprovechada que me has dirigido; no puedes conmigo, tengo en mis manos una verdad que todos callamos y mi único error ha sido darle voz.
Quisiera decir que lo siento, que me arrepiento y que no debería haberlo hecho, pero ¿sabes qué? No me importas, nada, no eres nadie en mi camino, ni siquiera una piedra con la que tropezar. Me has pedido la verdad y te ha dolido, ni has sabido escucharla porque hacía daño a tus oídos ni has sabido defenderte en tu mentira. Supongo que te falta templanza, casi tanta como a mí.
Vuelvo a pensarlo... ¡pero qué tonta he sido! ¿por qué siquiera habré respirado cerca tuyo? ¿Crees que soy exagerada porque respondí directa a tu pregunta? No sabes quién soy, no me conoces.

Han atravesado el aula cien caballos al galope, justo entre tú y yo. Te veía gritando al otro lado de la orilla, supongo que seguirías en tus trece, pero no te he oído. Ha sido casi como si el tiempo se hubiera detenido... Los demás, en silencio, han apartado sus miradas para no salpicarse con nuestras miserias. Me he visto arropada por silencios y a ti te he visto solo.

lunes, 5 de junio de 2006

Entre horas

De nuevo los sueños, ese misterio nocturno que despierta lo inadvertido que escapa a nuestro consciente, la obscuridad ligada a esa ya conocida luz difusa de los Días sin luz (que aún está por llegar).
Llevo varias días durmiendo de mala manera y aunque sean pocas horas las que descanso seguidas, inundan mi silencio con historias nunca escritas. Anoche volvió a despertarse un sentimiento que creía marchito... Contar esa parte de mi pasado lo creo absurdo, entre otras cosas, porque fue algo que encontró su fin antes de dar comienzo.
Mi amor platónico quedó anclado en el pasado de su mirada y creyéndolo olvidado, anoche en mis sueños, le confesé mis intenciones... Me negó, pero a la vez me dio esperanzas, volveríamos a encontrarnos aunque fuera en otra vida porque, al fin y al cabo, estamos hechos el uno para el otro. No importa el tiempo ni la distancia.

Los sueños, sueños son

Bien lo decía Calderón de la Barca... Los sueños, sueños son.
Ayer, supongo que por la cercanía de la reunión familiar, mi cabeza juntó y pegó, un poco de aquí y allá, formando un coctel de idas y venidas de personajes, conocidos y desconocidos, incluso algunos que ya no están.
Cuando le ví, al lado de mis padres, sentí como si el tiempo se hubiera detenido, si hubiera sido consciente, en ese instante, así debiera haber sido. Él, abrazado a su madre, ella sin dejar de mirarle y sonreir, y en los ojos de mi padre, lágrimas contenidas. Nos acercamos y, permíteme que te hable de tú, te he abrazado como si la vida me fuera en ello.
Sé que te he susurrado algo al oído, mientras lo hacía me esforzaba por intentar escucharme, pero no he sido capaz; supongo que debía estar pidiéndote perdón y diciéndote lo mucho que te quiero.
Abrázame fuerte por todo lo que no te he dado hasta ahora...
¡Qué sentimiento tan hermoso, tan intenso! ¡Qué abrazo tan cierto! Pero ahora que he despertado me doy cuenta de que sólo ha sido un sueño...

lunes, 22 de mayo de 2006

Tú, mi todo

Ir navegando a merced del viento sin más destino que tu cuerpo.
Volar más allá del sol hacia tu corazón.
Gritar con todas mis fuerzas tu nombre.
Sentirte, estar a tu lado.
No hay nada tan hermoso...

miércoles, 17 de mayo de 2006

Aún quedan palabras...

No entiendo porque nos empeñamos en cambiar decisiones ajenas. Cada uno elige su camino, los demás no somos más que transeúntes que cruzamos de una acera a otra, tropezando unos con otros con mejor o peor fortuna.
Quién sabe si realmente existe alguien o algo que no podemos ver, una fuerza superior que controla nuestros destinos y nos deja creer en el azar. Yo no creo en seres superiores (ni inferiores)... Cada uno escribe su historia a cada paso que da.
Si él eligió el olvido para los que lo amamos, es sólo asunto suyo, nosotros poco podemos hacer.
Si él decidió separar sus raíces, ni la tala nos salvará al resto.
Si él pensó que otros vientos dirigirían a mejor puerto su vida, yo soplaré con toda mi fuerza para que alcance ese paraíso.
Pero sé que aún quedan palabras, siempre queda algo. ¿Conoces esa sensación que queda en la boca cuando dejamos escapar un suspiro?
Mírame a los ojos y dime que no estás deseando suspirar por mí, por ella que tanto te quiere... Lástima que entendamos el cariño de una forma tan distinta.

sábado, 6 de mayo de 2006

Ayer

Ayer huí del silencio, por fin deje atrás mis miedo para estar al lado de los míos.
Volver a ver a mi hermana, a mi madre...
Supongo que nada tira tanto como la sangre.

miércoles, 3 de mayo de 2006

Mi sombra

Hoy ha vuelto a visitarme mi sombra cubriéndome de silencios, obligándome a la oscuridad para afrontar el momento.
Ahora, bañada en un mar de lágrimas por tu ausencia, pienso en la nada que me rodea, porque si tú no estás eso es lo único que me queda, la nada.
Y mi sombra..., mi única compañera de juegos, entre que voy que vengo, se entretiene con mi pelo. Me pregunto por cuánto tiempo se quedará esta vez.

Como el gato y el ratón

Calculé mal la diferencia horaria, esperé hasta el último minuto para intentar encontrarte y nos vimos justo cuando te marchabas. Tenía que haber estado ahí antes, haber previsto tu llegada, pero no fui capaz.
Necesitaba tanto hablar contigo, te necesito tanto...
Lo siento.

martes, 2 de mayo de 2006

Primeras palabras

Hablar del silencio, del vacío que deja tu ausencia, del enorme palacio en que se convierte nuestro pequeño piso, de mi soledad, de mi desaliento, de mi tristeza, de mi indecisión cuando no estás... encoger los hombros y dudar de mi rumbo a cada instante.
Todo el tiempo en el que reina ese sinsentido ya no importa porque hoy hablé contigo.

lunes, 1 de mayo de 2006

Tu marcha

No sé cómo explicar; después de tanto tiempo hablando de tu marcha... No he sido capaz de creerlo hasta que te he visto subir al tren.
Perdí la cuenta de las veces que hoy te pedí que te quedaras a mi lado, que no te fueras nunca, lo decía con boca chica convencida de que no te irías; te susurré al oído palabras viciosas para intentar convencerte; te abracé lo más fuerte que pude; me amarré a tu cuerpo para evitar que te alejaras, pero...
Te has ido.
Hoy es el primer día de un infinito silencio.
Hoy ya no me queda más que tu ausencia.
Hoy ha sido tu marcha, hoy empecé a marchitar.
Vuelve pronto, vuelve mi vida...

viernes, 28 de abril de 2006

Esconden tanta belleza

¿Por qué escondes la mirada cuando te solicito? Tus ojos, tan bellos, dicen tanto...
Hoy te encontré donde siempre, sentada en el banco con la mirada perdida, como esperando a un amor que nunca llega. De todos los que pasamos a tu lado algunos te ven y otros no. Supongo que para ti pasar desapercibida es como fundirte con los árboles.
Hoy te he visto más hermosa que otros días, no sé si era por el aire que enredaba de forma caprichosa tus cabellos, quizás era la luz de la tarde que, apagándose, mostraba tu encanto con otro aroma.
Te he mirado, pero, como siempre, me has evitado... Aunque sé que hoy ha sido distinto porque he conseguido una sonrisa tuya. Mañana pienso volver a la misma hora y espero que sigas siendo el mismo árbol.

jueves, 27 de abril de 2006

Sonría, por favor

Dime, ¿cómo te encuentras hoy?

Bien.

No entiendo como eres capaz de guardar tantos secretos, tanta tristeza. De esconderlo como si nada detrás de una sonrisa.

Es cuestión de práctica.

¿Y no sería mejor dejar escapar esos sentimientos?

No, son sólo míos.

Ahora ya no, recuerda que me contaste tus secretos.

Bien, entonces tú también estás condenada a sonreir siempre...

jueves, 6 de abril de 2006

Hay

Hay palabras que escapan de mi boca, que escupo en forma de veneno, sin darme cuenta del dolor que provocan.
Hay silencios que esconden sentimientos, que oculto en forma de mirada esquiva, sin darme cuenta del vacío que dejan.
Hay lágrimas que derramo sin saber, que dejo brotar de mi dolor, sin darme cuenta de que no alivian mis penas.
Hay tanto en tan poco...
Hay tanto de nada y tan poco de todo en esto que te escribo.

martes, 14 de marzo de 2006

Voces en mi cabeza

Hoy es un día como cualquier otro, en el que desde el primer momento, empiezan a agolparse en mi cabeza miles de voces pidiéndome a gritos que las deje escapar...
No, no quiero que me dejen sola, no quiero silencios.
Piden vida, piden respirar, piden que las cree y las destruya, me exigen una realidad, una libertad que no puedo darles porque no encuentro palabras con que alimentarlas.
Desperté con silencios absolutos, con lo más bonito a mi lado... tú.

El eco de la tristeza

¡Qué importan ya las palabras cuando lo único que nos une es el silencio!
¡Qué importan ya si sólo hablamos con miradas!
Las palabras son vacíos, espacios de aire entre ambos que, sin darnos cuenta, van creciendo poco a poco y nos separan...
Antes eran dulces para mi boca, frágiles para mis manos... Eran como tú eras, como era nuestro amor, pero eso pasó al olvido..
Ya no me quedan palabras que dedicarte, que decirte dulcemente al oído; sólo me quedan algunas, reflejas en sentimientos, que ahora vuelan en el papel, vierten su vida en la tinta dibujando ese adiós lejano que deja caer en el eco de la distancia su triste sonido.
¡Con todo lo que fuimos y qué poco queda ahora!

viernes, 10 de marzo de 2006

Dedicatoria con retraso...

Decidimos regalarte palabras, todas las palabras, en cualquiera de sus estados...
¿Sabes que los libros son como las personas? No importa la pasta, lo que importa es lo que guarda dentro, lo que expresa, lo que dice en silencio.
Siempre lo tendrás ahí, como a los amigos. Espero que cuando lo mires te acuerdes de nosotros.
Felicidades

...

El universo no siempre es como tú lo pintas...

miércoles, 22 de febrero de 2006

Escala de grises




Notaba desde el principio, desde que salimos de tu casa, que el cielo se iba tornando en grises... No entendía muy bien porqué, era la hora indicada, el momento del atardecer.
Miraba por ventanilla, hacia el horizonte, justo donde empezaba a esconderse el sol; no me importaba demasiado que me cegara su luz porque el turbio de los grises parecía proteger mi vista, pero ¡qué equivocada estaba! Justo cuando me cegó, te vi, imaginada, en la silla donde siempre sueles sentarte a leer, y justo en el momento en el que muere el sol, mirar a través de la ventana de la cocina la magnitud de sus colores, su variedad, su intensidad y cómo, poco a poco, se van perdiendo a cada segundo que pasa... Te volviste hacia mí y al sonreirme he recuperado la conciencia de mi cuerpo, de nuevo sé donde estoy.
Sólo han pasado minutos, pero ha sido tan intenso como toda una vida a tu lado.
Los grises se han tornado obscuridad, ya no queda huella de tus colores, por fin se hizo la noche.

Nueva etapa

Empiezo una nueva etapa como blogger, con la intención de mejorar las posibilidades y, sobre todo, aumentar la calidad de mis escritos (aunque solo sea en el aspecto visual). Voy a aprovechar el cambio para poner una licencia libre a mis textos ya que creo que es una forma de que quien quiera pueda utilizarla dado que la cultura es un bien común y debe ser libre.
En mi antiguo blog tengo bastantes cosilla publicadas. Quiero dar las gracias a todos aquellos que me seguía en La Coctelera e invitarles a que me lean también aquí.
A partir de este momento, empieza una nueva etapa...