miércoles, 17 de mayo de 2006

Aún quedan palabras...

No entiendo porque nos empeñamos en cambiar decisiones ajenas. Cada uno elige su camino, los demás no somos más que transeúntes que cruzamos de una acera a otra, tropezando unos con otros con mejor o peor fortuna.
Quién sabe si realmente existe alguien o algo que no podemos ver, una fuerza superior que controla nuestros destinos y nos deja creer en el azar. Yo no creo en seres superiores (ni inferiores)... Cada uno escribe su historia a cada paso que da.
Si él eligió el olvido para los que lo amamos, es sólo asunto suyo, nosotros poco podemos hacer.
Si él decidió separar sus raíces, ni la tala nos salvará al resto.
Si él pensó que otros vientos dirigirían a mejor puerto su vida, yo soplaré con toda mi fuerza para que alcance ese paraíso.
Pero sé que aún quedan palabras, siempre queda algo. ¿Conoces esa sensación que queda en la boca cuando dejamos escapar un suspiro?
Mírame a los ojos y dime que no estás deseando suspirar por mí, por ella que tanto te quiere... Lástima que entendamos el cariño de una forma tan distinta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aún queda viento, una suave brisa que aún cuando la creemos extinguida resurge de nuevo.
Leve como una pluma que apenas se mueve; pero que se torna en vendaval cuando es preciso.

Porque el amor todo lo puede y todo lo cura, poque la esperanza tiene muchos colores, y porque estamos contigo, con vosotras, con vosotros... porque con nuestro apoyo y compañía lo aprendereis a llevar.
Porque rogaremos, y soplaremos, para que un día ese velero, en el que busca ese pareaiso escondido del que hablas, lo lleve hasta vuestro puerto.
Y alli estareis, allí estaremos.