
Mi rutina diaria enloquece lo poco que queda de mi cordura, la engaña para llevársela a lo obscuro, para convencerla de que no hay nada fuera, nada distinto en este mundo que sólo mastica grises, que sólo deja hueco a los vencedores y olvida a los vencidos.
Me arrancaste el corazón del pecho con tu último adiós y con paciencia fui recogiendo cada trocito, reconstruyéndolo y lo guardé en el cajón de mis recuerdos, porque... soy tan tonta que si volvieras volvería a entregártelo sin condiciones, te lo daría todo, inventaría palabras nuevas para decirte cuánto te amé y te sigo amando, a pesar de los silencios, a pesar de esta soledad, a pesar de la tristeza.
3 comentarios:
bueno, el amor es asi, cuando se vive intensamente no es tan fácil negarle una segunda oportunidad...
ya pasará:)
besos!
Ay nena.... joer que tontaaaaaaassssssss que somos las mujeressssss...
Bueno no, que tontassssss nos volvemos las personas cuando amamos... Y que cierto joer... que cierto lo que dices.
Es la primera vez que me paso por aquí y me ha gustado mucho tú blog y lo que escribes, te entiendo perfectamente y es que cuando se ha amado tanto y se sigue amando, duele... y ese dolor no se puede explicar... y como bien dices si volviera volverías a darlo todo... somos asi de tontas, si...
Un beso ;)
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