Odio sentirme así: inútil, pequeña, fea... Por más que intento, no encuentro en mí algo que me salve de este sinsabor en el que me encuentro; estoy atrapada dentro de mi vida y no puedo escapar de ella, porque aunque quisiera soy cobarde para tomar la decisión de acabar con ella.
A veces desearía quedarme pegada a las sábanas de mi cama, fundirme con el azul oscuro de mi lecho y entrelazarme entre sus hilos, y dormir, dormir eternamente, cómoda, a tu lado siempre, sin dar ni un ruido, sin molestar siquiera.
Vivo en un mundo complejo en el que no hay cabida para la verdad más pura, todo se pervierte y acabas siendo uno de ellos, igual al resto, sin más intereses que los duros que llevas en el bolsillo y la talla del pantalón. Somos apariencia. Somos una mentira.
Solo pido el silencio necesario para que alguien oiga, escuche, mi llamada de socorro, mi grito desesperado...
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