viernes, 28 de agosto de 2009

Al borde del precipicio


Me he cansado de disimular, ya no puedo seguir con esta farsa en la que la única víctima de mis propias mentiras soy yo.
Ya no soporto ni a mi sombra que, incansable, insiste en seguir por este camino que ya no lleva a ninguna parte.
Mis pies ya no pueden seguir de puntillas al borde del precipicio, el peso de mi tristeza ha terminado por mostrarme la realidad: ya no sé quién soy, no recuerdo cómo era, ni siquiera el sonido de mi risa. Me he convertido en el papel que los demás querían que interpretara; me he quitado la máscara, me he mirado al espejo y no me he reconocido. Lo único familiar de mi pasado sigue siendo la tristeza...

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