miércoles, 5 de mayo de 2010

Desdibujándome

Tengo un nuevo síntoma de tu ausencia, de mi proceso hacia la invisibilidad, hacia mi propia destrucción; hoy me he dado cuenta de que estoy perdiendo color.
Empecé fijándome en el pelo, las raíces blancas asomaban sin piedad; hice cuentas, no hacía tanto de mi última visita a la peluquería para taparlas, no podía ser que en tan poco tiempo volvieran otra vez a descubrir que ya no soy tan joven...
Lo de mirarse en un espejo no es buena idea, si una se fija acaba encontrándose más defectos de los que quisiera, pero insistí no sé porqué y empecé a recorrer mi reflejo incrédula al ver que mi imagen empezaba a desdibujarse. Me froté los ojos creyendo que todo era causa de mi cansancio ―desde que te has ido no he conseguido dormir maś de 3 horas seguidas―, pero volví a fijarme de nuevo. ¡Qué horror! Mi cara, mis manos... Las partes de mi cuerpo que no estaban cubiertas delataban mi nuevo estado incoloro, desdibujado, sin líneas definidas, estoy desapareciendo.
El ascensor paró en la segunda planta y salí como una exhalación, casi como si alguien me hubiera arrojado fuera. Debía ser ese espejo, ese ascensor, el espacio cerrado, alguna concentración del ambientador que hizo que mi vista se nublara. Pero cuando entré en el laboratorio nadie se dio cuenta, alguno levantó la mirada como el que se despierta de una cabezada, otros simplemente se colocaron el flequillo como si una brisa hubiera venido juguetona a entorpecer su trabajo.
Nadie dijo nada, nadie. Pensé que mi silencio era la causa y es que ―desde que te has ido― pocas palabras cruzo. Pero no, simplemente no estaba. Miré mis manos y todo seguía igual que antes; al quitarme la chaqueta descubrí mis brazos, casi transparentes, pero aunque me acerqué a mis compañeros pidiendo ayuda nadie me oyó, nadie se percató de mi miedo y mi dolor.
Ahora son casi las 12 de la noche, apenas queda un resquicio de mí. Solo mis gatas perciben mi presencia, aún debo expeler algún olor que me identifique; solo ellas saben que sobrevivo a pesar de mi silencio, de mi transparencia, de mi invisibilidad...

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