jueves, 6 de mayo de 2010

Frustración

«Frustración», no encuentro una palabra mejor para definir el estado en que me encuentro. Mi intención al embarcarme en mi nueva aventura era la de ayudar a mis iguales, pero hay fuerzas poderosas, vientos viejos y resabiados, que tratan de envolver las esperanzas renovadas que la juventud ofrece.
Discutimos, arrojamos palabras contra nosotros mismos, avitamos miradas que descubrieran las verdaderas intenciones y al final no llegó la calma sino que continua la tormenta.
Y aunque volví vencedora en la batalla, arruina mi ánimo el caer en su bajeza, el despreciar los tonos altos que, como cuchillos, lanzaron contra mi persona, pero qué debía hacer, ¿agachar la cabeza y aceptar una derrota aún no lograda? No, mi espíritu es luchador y me hice fuerte en el convencimiento de que debía mirar hacia delante, sin volver la vista atrás, pero aprendiendo de los antiguos errores.
Quiero negar esa parte de mí que, poderosa, convenció al resto de que los «sabios» también se equivocan, que es mejor estar de mi lado. No sé si hice lo correcto al negar incluso su existencia, pero ahora me arrepiento porque aunque soy perro ladrador, jamás se me ocurrió morder...

3 comentarios:

ave fenix dijo...

En las discusiones nunca hay vencedores, sólo queda un mal sabor de boca, que va envenenando poco a poco una relación

P. Shada dijo...

Es difícil esto de convivir, y cuanto más cerca, más difícil.

P. Shada dijo...

Las distancias unen.