domingo, 6 de junio de 2010

Cambio de color

No entiendo porqué nos empeñamos en vestir a la parca de negro cuando el final del trayecto es claro, cuando el último suspiro se escribe en blanco, el color de la paz.
Somos nosotros, los vivos, los que disfrazamos de tristeza las despedidas, los que nos ataviamos de oscuro y lloramos salado a nuestro seres queridos, los que ya nunca volverán a sentarse a nuestra mesa ni a compartir nuestro pan.
Insistimos una y otra vez en nublar esos días en los que ya no volveremos a verlos, y guardamos silencio en su memoria cuando hay muchas cosas hermosas que recordar. Deberíamos redecorar las funerarias, iluminar bien los tanatorios y cambiarnos de color, vestir sonrisas y compartir con todos los momentos que disfrutamos en vida. Nada de frías lápidas de mármol, porqué no usar pizarra para que cualquier día del año pudiéramos escribir con una tiza aquello que queramos, cambiar el epitafio en cada visita...
La muerte no debería ser algo sombrío sino hermoso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues llevas razón, molaría hacer bodas a la americana

P. Shada dijo...

Sería cuestión de ir desterrando todas las costumbres antiguas y renovar tradiciones. Hablando de los difuntos no nos daría tiempo para el llanto, o sería un llanto de risa.