domingo, 11 de septiembre de 2011

Reflexiones sobre mi silencio

No sé si estoy en lo cierto, seguramente me equivoque como tanta veces, pero de momento necesito volver al silencio. Pero no al conocido, en ese había ruido. Es extraño hablar del silencio en medio de gente, conversaciones que se me hacían vacías, por costumbre, por educación. Y con esto no quiero que nadie se dé por aludido, solo digo que en más de una ocasión, demasiadas en los últimos tiempos, me volvía sorda en medio de un diálogo. Las palabras manidas por el uso, siempre las mismas ideas, la misma discusión, y siempre me encontraba al final del cuarto, viéndome pequeña, absurda, con la única necesidad de salir corriendo.

Si hubiera sido capaz habría huido hace mucho tiempo, pero como siempre terminaba pensando que era cosa mía, una obsesión. Y sí, parte había, pero también una realidad, la más temida: el desamor. Y cuánto más lo pensaba, siempre en silencio, más lo temía. No debí darle tantas vueltas, no... porque aquello me sumió aún más en este silencio que, ahora, pasados unos días de exaltación vuelve de nuevo a apaciguar mi desasosiego.

No exagero, es una necesidad. Ahora solo deseo dormir, descansar, olvidarme de todo por un tiempo. Hoy por hoy no me apetece salir ni conocer a nadie. Quiero encontrarme a mí misma y aclarar las ideas. Centrarme en mis nuevos proyectos y dejar salir a la mujer que fui un día, olvidando al ama de casa, la enfermera, la veterinaria, la cocinera, la limpiadora, la gestora, la secretaría... Y seré todo eso algún día, pero cuando yo lo decida y, sobre todo, pensando primero en mí misma.

No es egoísmo, no lo creo. Es solo que quiero volver a ser quien era y si puede ser en silencio.

No hay comentarios: