No, que no digan que no supimos amarnos, se equivocarían siempre. Dejemos que mientan, que digan lo que
quieran, pero que no nieguen que hubo algo grande entre los dos pues
quisimos alcanzar el cielo en nuestra particular torre de Babel
construida con cariños. Mas, como en el Génesis, acabamos
destruyendo todo aquello con los silencios, confundiendo nuestros
caminos y alejándonos sin remedio.
No, no permitamos que borren nuestro
recuerdo. No olvidemos nuestra capacidad de amar aunque el destino
nos lleve a otros. El pasado es nuestra historia y los recuerdos el
legado.
Que no digan que no nos amamos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario