jueves, 3 de octubre de 2013

El interruptor

«Érase una vez...». Así comenzaba siempre Beatriz a narrar cuentos a su pequeña, desde Caperucita hasta el Rey Rana, cada día uno distinto. Aquella noche, mientras la niña terminaba de acurrucarse en la cama, su madre empezó la historia de Pulgarcito: «Érase una vez...», pero algo la interrumpió: la lamparita dejó de funcionar. Beatriz fue a buscar una bombilla nueva. Durante esos minutos, Carmen no pudo más y cerró los ojos rendida por el cansancio. Cuando la mujer volvió y repitió el comienzo, su hija la interrumpió: «Mamá, déjalo para mañana, ese ya me lo sé» y se durmió profundamente.

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