Hace tiempo alguien me dijo que en lugar de latir fuerte un corazón en mi pecho, yacía una piedra inerte en su lugar...
Ahora, ahora sí. Ahora quisiera ser piedra. Quisiera no sentir, no ser nada. Pasar desapercibida; no quiero ser piedra preciosa ni adorno de salón, sólo una piedra cualquiera.
Quiero sentir ese extraño placer del que provoca dolor sin conciencia, convertirme en arma arrojadiza, lanzarme a tus pies para que tropieces, ―no importa si lo haces siempre en mí―.
Dejar que me mezcan las suaves olas, o que el río me lleve donde a él le apetezca.
Quisiera engarzarme a otras piedras y formar caminos infinitos que te lleven donde quieras, pasar a formar parte de un todo sin ser nada más que una insignificante pieza del puzzle.
2 comentarios:
Hubo un tiempo que yo tambien quise ser piedra.Piedra dura para no sentir.
Buenas. Me siento muy identificada con esa poesía. En estos momentos no estoy pasando por los mejores momentos personales......desearía ser esa piedra de la que hablas....no sentir no padecer.....nada...Un saludo.
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