sábado, 7 de febrero de 2009

Te espero

Estoy agotando todas mis sonrisas, mis miradas vivas y la alegría de mi compañía.
Ya no cuento chistes ni hago gracias, ya no reacciono a llamadas de atención, ni miro a los ojos cuando me hablan.
Ya no me apetece salir, ni estar con nadie, evito a toda costa la compañía.
Solo aguardo con impaciencia el momento de llegar a casa con la falsa esperanza de que en alguna ocasión te encontraré en ella.
Solo espero el momento de la soledad de mi almohada para llorar mis penas y alimentar el silencio que ahora reside en mi alma.
Solo espero que vuelvas...

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