Me hice la promesa a mí misma de que soportaría tu partida estoica, de que sería capaz de aguantar todo el dolor que empecé a acumular desde que supe que te irías, pero no, no pude.
Pasé largo rato observando a la gente, comentando mil detalles, recordando los momentos más hermosos, hablando de naderías con tal de evitar el inevitable adiós, y fue cuando me dijiste: porqué no me miras a mí... Entonces rompí a llorar.
Dijeras lo que dijeras, en mi cabeza solo resoban las mismas palabras "se va, se va", y me muero ahora de pena y cada vez que lo pienso, no lo puedo evitar.
Estuve esperando a que se encontraran nuestras miradas durante un largo rato, te busqué entre la gente a lo lejos, pero no me viste, era inútil gritar, levanté el brazo varias veces, pero no hubo forma de hacerte saber que seguía allí, que aún sigo allí esperando a que me veas, a que me lances un último adiós, un último beso...
Y allí te esperaré, a sabiendas de que tardarás en volver, porque allí se quedó mi alma rota, perdida entre el bullicio. Solo volvimos a casa mi corazón roto y yo, discutiendo quién de los dos descansaría antes, al final no hubo acuerdo.
Procuraré escribirte todos los días, y desearía que todo fuera hermoso, pero no puedo, me cuesta trabajo conciliar el sueño, todas los noches me acecha el dolor de cabeza -no sé si por el cansancio o la tristeza-, estoy abatida, sin ganas de nada. Solo hace dos días que te has ido y se me hacen eternos.
"Vuelve, vuelve", ahora solo oigo eso en mi mente.
Vuelve...
2 comentarios:
Siempre existe el retorno, aunque sea en el recuerdo...
Los días llegan cargados de flores nuevas...
No desesperes querida amiga.
Un abrazo
Carlos
No vives solo de ese recuerdo, te estas perdiendo la oportunidad de encontrar otra persona que valga la pena, acuerdate de el pero dejalo marchar de tu corazon, se que es dificil pero no inalcanzable, porque asi estarás abriendo tu corazon para llenarlo con otro.
Con cariño
Mari
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