domingo, 20 de febrero de 2011

La lluvia


Me gusta oír la lluvia, casi la siento cayendo sobre mi cara.
Abro la ventana, pero no miro hacia fuera, solo hay un patio cerrado de tristes paredes.
Prefiero cerrar los ojos y volar, dejarme llevar por el sonido del agua golpeando sobre los cristales, navegar por el dibujo sinuoso que deja la estela de cada gota y esperar la caída.
Llegar al final, a lo más profundo, atravesar la tierra y alimentar las raíces.
Y me siento privilegiada, saciando su sed.
Soy agua, el elixir de la vida.
Soy fresca, nueva, como estrella naciente.
Y transformaré la luz en arcoiris cada vez que me sonrías.

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