lunes, 29 de agosto de 2011

El baño


Cerré los ojos solo un instante. Me rendí al cansancio, al peso de la tristeza, y caí en los brazos de Morfeo.
Soñé que despertaba desdibujada, sin perfil definido, en matiz de Degas. Me acerqué al baño y abrí el grifo para llenar la tina. Mientras se llenaba el recipiente fui desprendiéndome de mi ropa con la ayuda de una goma de borrar. Cuando toqué el agua, con un simple roce, se consumió al calor de mi cuerpo y me quedé sola con mis pensamientos.
Y es que para ciertos dolores del alma, ni en sueños se calma la sed.

2 comentarios:

P. Shada dijo...

En ese baño de agua calentita
tienes que disolver unos terrones
de azúcar blanca, y con una aspirina
desaparecerán preocupaciones.

Sumérgete en el agua, lentamente,
aprovecha lo dulce de ese baño
verás, cuando te seques, suavemente,
que el agua se ha quedado con tu daño.

Adelántate al tiempo imaginando
que braceas en busca de futuro.
Ten la seguridad de que, nadando,
te encontrarás mejor. Eso es seguro.

lobita dijo...

Hola, gracias por preocuparte por Ulises, esque ha venido Carmen con Rufiano y Rufiano le ha mordido y ha salido un poco malherido.