martes, 3 de enero de 2012

Vestida de silencio

Por fin ha vuelto la inspiración, lo ha hecho vestida de silencio. Ha traído entre sus manos un pequeño pájaro muerto. Lloraba inconsolable acariando sus alas yermas, lamentando la pérdida como si en ella se hubiera ido parte de su vida, de la mía. Cuando al fin ha levantado la mirada, ha fijado sus ojos en mí diciendo con toda su rabia: «Tú me has obligado a hacerlo...»
Casi acabé con mi vida al intentar acabar con la suya; ahora me castiga con estas ausencias repentinas, disfrazando de tristeza las palabras en insufrible agonía. Ya no volverá con las golondrinas.

No hay comentarios: