martes, 6 de noviembre de 2012

Escapar

Blanco, solo blanco. Enjugué mis ojos y traté de enfocar, pero mi miopía no daba para más. Blanco intenso. Levanté la mirada. En el techo, una rejilla negra atrapaba todos los lamentos dejándome a merced de un silencio rancio. ¿Dónde estoy?
No podía moverme. El frío me atrapaba las muñecas. Mi boca no respondía. Tragué saliva e intenté gritar de nuevo, para nada. Blanco, solo blanco.
¿Sería acaso el cielo, el infierno?
Adiviné las paredes junto a la puerta que chillaba cada vez que se abría y cerraba. Y después de esa, quizá otras, y pasillos sin indicaciones... y más blanco. Imaginé una salida.
«¿Necesita algo?». Escapar.

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