Anduve perdida en la obscuridad de la noche,
intentando seguir tus pasos,
pero se dispersaban en esa inmensa nada
en que se convirtió mi camino.
No encuentro palabras para describir
lo que tu ausencia supone en mi vida...
El camino tornó en colores
cuando supe dónde estabas y,
aunque lejos,
tan presente en mi alma,
te sé encontrada y bien hallada.
Llegado tu fin, supuso el silencio.
Tres vidas de duelo guardaré en tu recuerdo.
3 comentarios:
Demasiado duelo digo yo. Son muchas las cosas que vamos perdiendo en el camino, unas son más pesadas que otras, lo bueno es pensar que aún queda mucho camino y son muchos bonitos encuentros los que nos esperan :-)
...pues habrá que encontrarse...
un cariñoso saludo querida amiga...
Carlos
A veces ni tres vidas son suficiente...
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