Hoy me siento nimia, si es que se puede aplicar ese adjetivo a las personas... Me siento pequeña e insignificante, me siento perdida.
Sigo empeñada en estar sola, agradezco la compañía, pero no la busco, prefiero el silencio. Mis conversaciones no pasan de tres líneas y mi mirada ha perdido la luz, la siento seca, como mi boca, que ha perdido el sabor de las palabras de apenas cruzarlas.
Me siento nada, como siempre.
La tristeza ha echado raíces en mi espalda y se ha enredado hasta cargarla. Me apuñala, me maltrata, me susurra al oído cosas vanas. Trato de cerrarme en banda para no escucharla y quisiera escapar de todo, vivir dormida.
Un día más de desesperanza, un día más de larga espera.
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