jueves, 22 de julio de 2010

El mercado de abastos

Regreso al mercado de abastos. Majestuoso gigante compartiendo la plaza junto al Ayuntamiento y el Pasaje, y al frente, cerrando el cuarteto, a Don Quijote y Sancho.
Ese lugar, aunque renovado, sigue siendo uno de los vínculos a mi infancia...
Regreso como respuesta a la llamada de un amigo preguntando por los sentimientos que aquel lugar me infunde. Atravieso sus puertas y algo cambia: su luz, el decorado, la pintura en las parades..., pero la esencia permanece. Avanzo por los pasillos viendo las mismas caras, ―más viejas y ajadas―, pero amarradas a la misma mirada, a la misma sonrisa... Los olores, los colores, las voces de oferta. Y me miro y soy yo con 8, 9 ó 10 años, con la lista de la compra en una mano y apretando las perras en la otra para no perderlas.
Visitar este lugar es volver a mi pasado y, a veces, es necesario.

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