lunes, 12 de julio de 2010

La inteligencia de Bimbo

Es bien sabido que un primo lejano de Bambi con el que guarda buena relación, viviendo de niño en la selva, un día se vio atrapado entre dos felinos cuya intención era merendárselo.
Bimbo, que así se llama el ciervo en cuestión, tuvo que echarle imaginación al asunto...
―Antes de hincarme el diente, deberíais saber que cuanto más limpio más rico estoy.―Les dijo Bimbo a los dos guepardos.
Ambos se miraron y sin pensarlo dos veces se pusieron a lamer al animalillo hasta que quedó reluciente. Tanto tiempo estuvieron aseándolo que al final se quedaron sin saliva...
―Vamos a beber agua a la charca, estamos sedientoss. ―Dijo uno.
―Ni se te ocurra alejarte porque te encontraremos rápido, somos los más veloces. ―Dijo el otro.
Y se fueron tranquilamente, con la lengua colgando como un trapo a saciar su sed. Justo cuando estaba fuera del alcance de su vista, Bimbo echó a correr hasta perderse en el horizonte. Cuando los felinos volvieron se lamentaron de haberlo lamido con tanto ahínco, ahora sin su olor natural era imposible rastrearlo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu fábula. Me ha dicho mi niña que la leíste en clase y que les encantó a todos. Debe ser genial poder arrancar una sonrisa a un niño con solo unas líneas.