domingo, 15 de mayo de 2011

Maldigo la esperanza

Alimenté la esperanza que necesitabas, te regalé la que yo sentía; a pesar de mis buenas intenciones, quiso la suerte castigar con muerte su destino.
No quiero ni imaginar cómo has de sentirte. Parte de mi corazón está contigo, acompañándote en la tristeza del duelo y ofreciéndote cobijo.
Llora lo que necesites, ahoga el desconsuelo. Trae a tu memoria solo los buenos momentos y amárrate a ellos con todas tus fuerzas, aún te quedan.
Y perdóname, no debí alentar tu fe, pensé que hacía lo correcto y solo aportaba más silencio.

Déjame que maldiga la esperanza por alimentar tu desaliento.

1 comentario:

Audrey dijo...

Este texto es una pasada ! Es lo que quisiera poder decir cuando digo lo siento de verdad, no tengo más palabras...