miércoles, 13 de julio de 2011

Se busca espectador

Se sentó a mi lado. Cada uno llevábamos nuestro propio acompañante, pero los asientos contiguos nos convirtieron en un solo público con un mismo interés. Durante la película rozamos las manos en más de una ocasión disculpando solo las tres primeras; compartimos algunas miradas cómplices y al final acabé ofreciéndole mis palomitas. Solo cuando se encendieron las luces nos descubrimos. Intentamos retrasar la salida lo máximo posible buscando una excusa para presentarnos, pero acabamos abandonando la sala invitados por el vigilante. Desde entonces he vuelto todas las semanas a la misma sesión y sala, pero no he vuelto a encontrarle.

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