sábado, 30 de julio de 2011

Vigilia en mis pesadillas

Desperté de un mal sueño; recorrí a tientas la distancia entre el dormitorio y el baño. Prácticamente dormida, abrí el grifo y me despejé echándome agua fresca. Cuando levanté la mirada y vi mi reflejo en el espejo, no me reconocí, no era yo. Volví a la alcoba de mal humor, los cuadros, los espacios, las puertas no correspondían. Encontré al fin la habitación, la cama se me antojó más grande, más a la derecha. Me recosté al lado de mi marido, pero no era él. Esa no era mi familia ni mi casa. Me desvelé en mi propia pesadilla.

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