lunes, 8 de agosto de 2011

Escribiendo sobre la muerte

Seré uno de los escritores negros de poemas malditos,
de versos baldíos e intenciones yermas
inseminando sentimientos de palabras muertas
de las que nacerá veneno en flor dejando
que las abejas transporten su semilla infecta.
Porque hablé de la muerte con la misma pasión que la vida,
pariendo historias de personajes que nacían y siempre morían,
porque solo hay un final conocido, no deseado, irremediable,
del que quisiera escapar con cada sensación ajena, imaginable,
impreso en promesas discretas tintadas de negra parca.
Términos que son, en silencios rotos, la esencia del dialecto
de lenguas muertas que volverán armadas de guadañas.

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