jueves, 18 de agosto de 2011

Las cuatro estaciones

Como el dios Eolo en sus buenos tiempos,
agitamos con violencia las ramas del silencio
obligando a las palabras a descolgarse
y, como hojas, una tras otra fueron cayendo
marcando el inicio del otoño en las emociones.

Pues tras las mariposas de primavera
y las pasiones del verano,
solo quedaron los reproches en estación tardía
avisando de que el frío invierno helaría
lo que quedara de nuestros sentimientos.

Esperamos impacientes tras arruinar los cimientos
que dieron vida a nuestra vida,
y ahora entre las miserias buscamos
los restos de nuestros corazones dolientes,
cómo iniciar un nuevo camino por destinos diferentes.

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