viernes, 30 de septiembre de 2011

Hablaremos de libros

Llorar,
verter lágrimas,
expresar sentimientos
vestidos de agua salada.
Quisiera derramar
el mar que llevo dentro,
el oleaje revuelto,
pero mis ojos se empeñan,
cubiertos de viento,
en permanecer cerrados.
Cómo decirte
que a pesar del esfuerzo
mi corazón permanece aguado,
en perfecta armonía
con los corales de mi alma.
Pero,
con el otoño,
han brotado risas nuevas
aún lejanas
cayendo en eco
como hojas marchitas
haciendo olvidar
antiguos desvelos.
Quizá
llegue un invierno cálido
entre nieves espesas,
sobre las que olvidar las penas
y sembrar flores nuevas.
Iré desplegando el manto
donde habremos de sentarnos;
yo leeré en alto.

1 comentario:

Javier dijo...

fixeado reina.