De volver al silencio me encuentro
cansada,
Derrotada en las mil mareas en las que
nado
Con la espalda dolida por el peso que
cargo.
Y a pesar de todo eso, no me queda
nada.
De encontrarme otra vez con ella, mi
sombra,
Enraizada a la cordura que perdí con
el tiempo,
Se burlan de mi locura golpeando contra
el viento
Todo lo que siento y, sin querer,
vomito por mi boca.
¡Alejáos, insensatos, no merezco
vuestra ayuda!
Dejadme morir en paz reviviendo mi
pasado,
Aquel tan lejano que apenas he llorado
Cuando era feliz, el de la infancia
huesuda.
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