Hay ideas con las que convivo desde que me levanto hasta que me acuesto y retomo la inconsciencia.
Ideas que me asustan como la muerte,
que me atormentan como el suicidio,
que me persiguen como el silencio,
que se acostumbran como esta soledad.
También tengo recuerdos que palian mis miedos y me recuerdan que sigo aquí...
Llevo siempre a mi madre en el alma,
a mi amante en mi corazón,
a mi familia en mis manos,
a mi abuela y su sonrisa,
despertando otra sonrisa en mí.
Y así, a lo largo del día, de mis horas de realidad, repaso cada uno de mis sentimientos, y temo y amo con la misma intensidad.
1 comentario:
Qué palabras tan bellas...
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