viernes, 28 de mayo de 2010

Un poco de mí...



Hoy me he levantado calzando pasos firmes y decididos, abordando cada instante con una claridad inexperada.
No sé si será el agua fría con la que me lavé la cara esta mañana, pero mis ojos ven con otra luz los mismos rostros.
Todo tiene una extraña musicalidad, todos mis movimientos siguen el mismo ritmo que, al contrario que en días anteriores, van acompasados con los latidos de mi corazón.
Hoy no me siento como la «Ofelia» perdida por mis sentimientos, no cuento días ni años y esa locura de silencios parece haberse quedado bajo las sábanas al levantarme. No siento frustación ni miedo, ya no me desdibujo.
He dejado de ser invisible, al fin... y todo porque repasé mi agenda y me di cuenta que en pocos días volveré a tener a mi lado. Retomaremos nuestras vidas donde lo dejamos cuando te marchaste.

1 comentario:

P. Shada dijo...

Cada día es uno y con cada día se renueva la vida.
Sentirse a veces tan sola, tan en silencio, tan invisible, puede dar paso a una resurrección, auna renovación de una misma. Y la alegría y la satisfacción que se siente con esa nueva vida vale mucho. Es como vivir muchas vidas en una.